La Colonización
Terminada la tarea de conquistar o desalojar al indígena de sus tierras, entre 1880 y 1885 se da comienzo a la división y mensura de las llamadas tierras de frontera. Los remates de estas tierras se realizan en 1888, dando origen a las grandes estancias. A partir de ese momento, comienza a llegar un importante flujo inmigratorio atraído por la posibilidad de trabajar y labrar estas nuevas tierras.
En estas estancias se destacaron nombres como:
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"El Plato", de Luis Lowe.
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"La Tierra", de José Lelio Balbiani.
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"La Argentina", originalmente de Guillermo Wilson y luego de Sara Brown.
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"La Sarita", del señor Vigal, quien trajo hacia 1900 el primer animal de raza Lincoln, y que más tarde pasó a manos de Emilio Monch.
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"El Centro Agrícola Paunero", de la familia Repeto.
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"La María Elisa", de María Elisa y Pedro Lacau.
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"La Adela", de Guillermo Seré.
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"Santa Inés", de la familia Nazar Anchorena, una de las estancias más importantes de la zona. En esta última, doña María Inés Nazar mandó construir en 1917 una iglesia en homenaje a la Virgen Santa Inés (Virgen Romana, representante de la pureza, que murió siendo casta y sufrió el martirio durante la persecución de Diocleciano). La iglesia, de grandes dimensiones, estilo urbano y estética lujosa, fue una muestra cabal de lo que eran las estancias de esa época y de la marcada diferencia con el chacarero arrendatario.
El primer alambrado fue traído por la familia Drabble, siendo rápidamente adoptado por las grandes estancias.
La Familia Drabble y su Legado
La familia Drabble llegó a la Argentina hacia 1925. Fueron pioneros en múltiples actividades: los alfalfares para la cría de animales Shorthorn, la industria frigorífica, los molinos harineros, la banca privada, entre otros.
Jorge (George) Wilkinson, casado con Elizabeth (Isabel) Witt, hermana de Thompson Drabble White, se afincó en la zona con la estancia "Santa Isabel", en Santa Fe, hacia 1870. Jorge W. (White) Drabble, siendo muy joven, participó en un malón y se radicó en General Villegas. Junto a su hermano Charles Thompson Drabble White, comenzaron con establecimientos ganaderos dedicados a la cría de la raza Shorthorn, siendo los primeros en exportar carnes argentinas a Londres (Inglaterra) a través de la empresa River Plate Fresh Meat Co. Ltd., de la cual la familia Drabble era propietaria. Esta información está documentada en el libro Argentine Plains and Andine Glaciers (Londres, 1901), de Walter Larden, con correcciones de Henry Neville Larden.
Fueron dueños de varias estancias en la zona: La Velita, Las Piedras, La Caledonia, La Cantábrica y la estancia Drabble, llegando a tener en propiedad unas 18.000 leguas cuadradas de campo.
De aquellas estancias solo quedan los recuerdos: los cascos señoriales de estilos europeos, mayormente ingleses; las casas de residencia de sus dueños; la volanta tirada por dos caballos, con la que recorrían el campo o venían al pueblo a hacer las compras (luego sustituida por el Ford T y el Ford A); sus parques con variedad de plantas, incluidos frutales tanto para patrones como empleados, cuidadosamente atendidos por parqueros; sus bellos jardines adornados por estatuas de santos, animales o personalidades; los aljibes; las piezas para los peones solteros; las casas para los casados; el hogar del capataz, del encargado; la cocina, el comedor, la carnicería; el tanque de agua que abastecía con agua corriente a todas las dependencias gracias al molino; y el mirador en lo alto del tanque, con su escalera en caracol.
Vida y Cultura en las Estancias
No podían faltar los galpones y la matera, con el fogón siempre encendido para las mateadas. En ese lugar se contaban historias de hazañas, reales o no, atribuidas con entusiasmo por sus narradores. También había relatos de luces malas y aparecidos, como parte de un juego de heroicidad para enfrentarlas. Y siempre, después del día de la carneada, el infaltable churrasco puesto a las brasas.
El deporte tenía su lugar: había canchas de paleta, bochas y fútbol. También estaban los corrales, la manga, el cargador, el molino y los bebederos. Es inolvidable la imagen de la fila de caminantes (crotos) con sus ollitas, esperando el reparto del cocinero y la ración de yerba y azúcar.
Las estancias eran pequeños poblados perdidos en la inmensidad del campo. Las yerras eran verdaderas fiestas del arte campero, donde cada trabajador demostraba sus habilidades, aunque muchas veces los animales sufrían.
El Nacimiento del Partido de Carlos Tejedor
En este contexto social y productivo, se funda la vida institucional del Partido de Carlos Tejedor. En la colonia agrícola Don Alberto, de Alberto Almirón, conocida también como Flora o Fertilidad, se promovió la creación del partido.
El 22 de junio de 1904, se presentó el proyecto a la Cámara de Diputados. A pesar de resistencias en su tratamiento, la ley fue sancionada y promulgada por el Poder Ejecutivo el 3 de enero de 1905, con el número 2.901.
Para tal fin se tomaron tierras de los partidos de Trenque Lauquen, Lincoln y General Villegas.
De Fortín en Fortín: La Expansión Territorial
El avance hacia el oeste bonaerense puede rastrearse también en la línea de fortines que protegía los asentamientos:
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De Fortín Lavalle a Fortín Timote: 57 km
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De Fortín Timote a Fortín Heredia: 36 km
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De Fortín Heredia a Fortín Desobediente: 12 km
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De Fortín Desobediente a Fortín Salinas: 23 km
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De Fortín Salinas a Fortín Farías: 13 km
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De Fortín Farías a Trenque Lauquen: 20 km
Total: 163 km
Este recorrido revela el esfuerzo militar y logístico por asegurar el control y ocupación del territorio.
Epílogo
De aquellas estancias solo nos quedan los recuerdos. Pero su huella permanece en cada rincón de Tres Algarrobos, donde aún resuenan los ecos de una época de colonización que no solo transformó la tierra, sino también la identidad y la cultura del oeste bonaerense.
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