miércoles, 7 de mayo de 2025

La vida de un pueblo, en una cápsula del tiempo

Tres Algarrobos construyó una pirámide que resguarda documentos, cartas y fotos para las generaciones del futuro. Será abierta en el año 2100.

Entre los temas que obsesionan a la humanidad está el de trascender, proyectarse o llegar con un mensaje a las futuras generaciones y dejar huella. Seguramente, algo así tuvo en mente Luis Domínguez, vecino de Tres Algarrobos —localidad del noroeste de la provincia de Buenos Aires— durante el verano del año 2000. Volvía de un viaje a la costa patagónica, donde había conocido la existencia de una esfera sumergida a modo de cápsula del tiempo, pensada para preservar documentos e historia de la región.

En plena efervescencia por la llegada del nuevo milenio, Domínguez —activo miembro de la comunidad y fundador de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Tres Algarrobos— compartió su idea con las autoridades de la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, que curiosamente estaban buscando una propuesta para celebrar tres hechos históricos que coincidían en ese año: la llegada del año 2000, el ingreso al tercer milenio y el arribo del siglo XXI. Todo eso, además, encajaba con un evento muy especial para la comunidad: el 99° aniversario de la fundación de Tres Algarrobos.

La idea fue muy bien recibida. Así lo cuenta Susana Villa de Sáenz Cavia, tesorera de la Biblioteca: “Nos dimos cuenta de que en estas localidades es muy difícil armar el árbol genealógico de las familias, y eso es fundamental para reconstruir la historia del pueblo”. Fue ese valor documental y emocional lo que le dio impulso al proyecto de una cápsula del tiempo.





Un pueblo que se mira hacia el futuro

Los miembros de la Biblioteca decidieron convocar a toda la comunidad. Invitaron a las familias a realizar sus árboles genealógicos y aportar documentos para preservar. La difusión se realizó a través de los medios locales —radio, televisión y gráfica— y con el acompañamiento clave de los docentes en las escuelas, quienes promovieron entre los estudiantes que invitaran a sus padres a participar. Para reforzar el interés, se organizó también un concurso de pintura. Participaron 127 personas y se imprimieron tarjetas con los dibujos ganadores, lo que potenció aún más la adhesión popular.

La consigna fue clara desde el principio: el material debía estar exclusivamente en papel. Se aceptaron documentos, cartas, fotografías, recortes, pero no soportes digitales. La razón era simple: nadie puede prever qué tipo de tecnología estará vigente dentro de cien años, y el papel —bien preservado— ofrece garantías de permanencia en el tiempo.

¿Qué forma tiene el futuro?

Definido el contenido y la intención del proyecto, restaba decidir qué forma iba a tener la cápsula. Luis Domínguez y la mayoría de los vecinos coincidieron en que una pirámide evocaba antigüedad, trascendencia y memoria. Se pensó en los egipcios, los mayas, los aztecas. Así fue como la entonces arquitecta de la Municipalidad, Claudia Esaín, se puso al frente del diseño, que en su versión original consistía en una pirámide truncada.

El proyecto tomó cuerpo rápidamente. Había comenzado en marzo del año 2000 y se propuso inaugurar la cápsula el 17 de agosto del mismo año, en coincidencia con el 99° aniversario de Tres Algarrobos. El tiempo apremiaba, y también los recursos.

Para solventar los costos, se realizó una suscripción entre vecinos, quienes aportaron dos pesos por persona. Se sumó además la colaboración de la Municipalidad y un aporte importante de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), que permitió hacer realidad la idea.

Tecnología al servicio de la memoria

El resguardo del material fue un punto central del proyecto. María Cristina Serra, del área de Cultura de la Municipalidad, relevó recientemente todo el proceso para el archivo de la Biblioteca y relató que se tomaron recaudos técnicos rigurosos. Los documentos fueron colocados en una caja de acrílico de alto impacto, cerrada al vacío, que a su vez se introdujo en la pirámide de hormigón armado.

La estructura cuenta con una doble puerta: una primera de hierro soldada al hormigón y una segunda de acero inoxidable. Esta última fue grabada con la fecha de apertura prevista: 17 de agosto de 2100. Para garantizar la durabilidad, se consultó a un fabricante de Buenos Aires, quien aseguró que la caja podía resistir temperaturas extremas durante más del tiempo estimado. También se pidió asesoramiento a una reconocida empresa de impresoras para asegurarse de que los documentos impresos con tecnología láser no se degradaran.

Los especialistas concluyeron que la preservación estaba garantizada, como mínimo, por un período de 200 años.

“Rumbo a los 100”

Así se bautizó al proyecto. Hubo un debate en la comunidad respecto de cuándo debía abrirse la cápsula: algunos proponían esperar 50 años, mientras que otros defendían un siglo completo. Se optó por esta última postura, y se fijó la fecha de apertura para el 17 de agosto de 2100.

La pirámide fue ubicada en el boulevard Catalina Naón de Balbiani, en la intersección con la calle 25 de Mayo. El contenido, mientras tanto, no tardó en llegar: se recibieron 105 trabajos. Los vecinos, las entidades sociales, deportivas, empresas y comercios enviaron cartas, mensajes, artículos periodísticos, fotos y documentos.

Cada aporte fue entregado en un sobre cerrado y sin registro. De esta manera, el contenido permanece en absoluto secreto hasta su apertura. Las familias que enviaron mensajes personales o documentos recibieron un certificado que debía ser pasado de generación en generación. Se confeccionó también un árbol genealógico que permite ubicar a cada familia depositaria de un mensaje. Como parte del registro histórico, se incluyó un plano de la planta urbana de Tres Algarrobos con la ubicación de comercios, propietarios y rubros.

Un acto para la historia

El 17 de agosto del 2000, en un emotivo acto con la presencia de vecinos, autoridades municipales y miembros de la Biblioteca Popular, se llevó adelante el sellado de la cápsula. Susana Villa de Sáenz Cavia, junto al delegado municipal, introdujo el cofre de acrílico dentro de la pirámide, cerró la primera puerta y luego la segunda. Finalmente, se colocó una placa conmemorativa.

Con el tiempo, la estructura fue revestida en granito, adoptando la forma definitiva de una pirámide completa. La placa fue reinstalada sobre la cara que mira al noroeste y hoy puede leerse con claridad:

“Para celebrar el advenimiento del Tercer Milenio se ha cerrado esta cápsula del tiempo con el objeto de que las generaciones de la siguiente centuria conozcan el accionar de Tres Algarrobos 2000. La Comisión Directiva de la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia junto con las Autoridades Municipales serán responsables de su apertura el 17 de agosto de 2100”.

Un mensaje sellado con esperanza

La comunidad de Tres Algarrobos ha creado un mensaje encerrado materialmente, pero pleno de libertad y esperanza en el futuro. Es un acto de confianza, de memoria y de amor por la historia propia. Ojalá las generaciones encargadas de cuidarlo así lo entiendan.

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